Literatura ErÓtica 2ª parte: Eduardo Moga

En la segunda parte recibimos la visita del poeta, traductor y crítico literario Eduardo Moga (Barcelona, 1962), quien conversó con los PolifemOs en un ambiente relajado.
Eduardo posee una calidez contagiosa. Es un poeta que concibe la crítica como un canto u homenaje y da gusto escuchar su visión del mundo. Su literatura está cargada de existencialismo, provoca el extrañamiento de la realidad a través de metáforas auténticas. En un artículo publicado en La nausea, comenta “cuando escribo versos, aspiro a diluir en la nada del mundo mi propia e íntima nada”.
Pero no se trata de un poeta inofensivo. Parafraseando a Gabriel Celaya, podríamos decir que su poesía es un arma cargada de futuro. Moga –más que escribir versos– produce conjuros para desnudar el mundo. Des-disfraza la locura del cuerpo, deja al descubierto sus procesos alquímicos. Sus versos son microorganismos descarnados que sacuden la conciencia del lector.
En una entrevista en la revista Pliego suelto, lo deja muy claro: “Procuro experimentar con intensidad las virtudes de la materia: sexo, verbo, música, naturaleza”. Por ello la temática de su obra es variada. Le preocupan la identidad, la muerte, la nada, el sexo y la soledad, entre otros temas. Su literatura es de las que engendran, frente a otras que mueren en sí mismas. Sus poemas contienen puertas, ventanas, grietas por donde se escapa el mundo, un mundo cargado de inquisiciones sobre la naturaleza del ser, sobre la caducidad del alma, sobre el yo íntimo que funde en la hoguera de la Nada.
Su poética es un universo sensual, su respiración nos arrastra por la sexualidad, por la muerte: “Mis ojos ven /lo que seré: un cadáver como ya /soy, pero exento de lenguaje, /privado de esperma y de sol” [Eduardo Moga (2007): Cuerpo sin mí, Barcelona, ed. Bartleby, poema IX, pág.37]. Él mismo se reconoce como un poeta existencial y erótico. Dice en la entrevista anterior: “Hay que celebrar la plenitud de la carne, la gloria del tacto, la maravilla de la unión corporal (…) el olvido de la muerte a que nos inducen”. Eduardo Moga es un pornógrafo espiritual, un monstruO vital en el laberinto hacia la muerte.
Agradecemos su presencia, su cordialidad, su sabiduría poética y os invitamos a bucear en su universo literario.


Reseña Marcela Sabbatiello

2 comentarios:

  1. Qué buena reseña, Musa....resultó ser un PolifemO, el señor Moga...un gustazO...

    ResponderEliminar
  2. Gracias! Sí, la verdad que un verdadero monstruO...

    ResponderEliminar